No olvidar
La reestructuración de la FAU constituye un acto de refundación, cuya piedra basal es el habitar abordado desde una visión multiescalar de lo que la CDR denominó espacio humanizado y que los diseñadores nos referimos como el mundo artificial del hombre.
Dicho mundo resulta de una bastedad tan amplia que obliga a organizar el conocimiento en torno a la concepción, construcción, manutención, reparación, organización y administración de las cosas que lo constituyen.
En esta jerarquización, la universidad es una instancia de reflexión para concebir nuevas realidades sociales, los IP son los encargados de formar profesionales competentes en la administrar los recursos tecnológicos para la materialización de las ideas. En tanto los centros de formación técnica tienen por misión formar expertos en un hacer específico dentro del proceso de aplicación tecnológica.
Este ordenamiento nos lleva a dos conclusiones importantes:
- Que el tema de las competencias cabe en los niveles profesionales y técnicos orientados a optimizar el uso de los recursos existentes, pero no cabe cuando se trata de plantearse realidades que no se agotan en lo existente sino que implican abrir nuevas líneas de acción.
- Que el diseño instalado en el ámbito universitario no es para la ejecución de obras aisladas valorables en su grado de elaboración técnica, sino para la concepción de políticas respecto del mundo artificial de las personas.
Cabe consignar también que existen universidades que se declaran tecnológicas, emprendedoras, regionales o católicas. La UCH da lugar a las humanidades, el arte y la ciencia desde una aproximación nacional, pública, laica y republicana, por lo que su énfasis está en las personas y su condición de vida en tanto sociedad.
Y es que no se habita mucho o poco, simplemente se produce el humano acto de habitar. En él, la intervención de diseño apunta a lograr esplendor en el acto mediante la concurrencia de las cosas en la escala de las interfases. El departamento de diseño FAU ha declarado que el propósito disciplinar es ocuparse del habitar en la escala de las interfases y en una constelación de especialidades, lo cual implica cubrir todas las instancias en que se requiere de alguna cosa para potenciar el habitar.
Esto deja atrás la categorización por tipo de intervención (gráfica) o modo de producción (industrial), dando paso a todos los cruzamientos posibles, pero manteniendo como patrón evaluativo, el aporte al mejoramiento de los estándares de vida de las personas mediante la esplenderización del acto humano del habitar. Se entiende que desde aquí surge la inteligencia del diseño, que no es la misma que la inteligencia de la ingeniería, del arte o de las ciencias sociales, no obstante su estrecha relación con ellas.
Algunos han visto en este planteamiento una oportunidad, otros lo han ignorado premeditadamente aludiendo a que el habitar no tiene sentido si en definitiva es el precio el que manda, al tiempo que el éxito se mide en los montos de facturación y no necesariamente por el bienestar de las personas.
¿Qué de lo anterior se ha discutido en la carrera de diseño? ¿Cómo afectan estas definiciones en los contenidos de las asignaturas? ¿De que manera lo postulado por el departamento se hace presente en el aula? ¿Dónde esta el punto de inflexión que marca el cambio de rumbo desde una carrera técnica a una universitaria?
Entreguen (a la jefatura de carrera) los programas de asignatura, echemos a algunos profesores e invitemos a otros -que no califican pero no importa porque no están jerarquizados-. ¿Sobre la base de qué se invita? ¿cuál es el compromiso con la habitabilidad? Al parecer la carrera de diseño se renueva en sus bases administrativas pero no en la orientación de su quehacer. Datos obtenidos en el proceso de autoevaluación señalan que un porcentaje no menor de profesores y estudiantes eligen y permanecen en la carrera por lo que el peso de marca UCH pueda significar en sus currículos, no por el diseño UCH que consideran una confederación de individualidades, lo cual no hay que confundir con la diversidad, ésta sería tal si se generase en torno a la manera de afrontar el tema del habitar, y no sobre el quehacer del diseño.
Por otra parte los estudiantes reclaman mayor equipamiento y conocimiento técnico, y eliminar asignaturas teóricas que a su juicio “no sirvan para nada”. ¿Para que se estarán preparando? Sin duda varias asignaturas presentes en la malla sobran en la formación de un técnico, el tema es que la universidad no es para la formación técnica y de esto han de convencerse alumnos y profesores, pero particularmente sus cuerpos directivos, quienes deberán definir cual es el producto universitario de diseño y para el cual se requieren efectivamente cinco años de formación.
Mirando otras realidades
En el Instituto Nacional está la premisa que allí se forman los futuros presidentes y personas influyentes en la vida del país. Quienes se forman en diseño de la UCH? Los que harán etiquetas, páginas web, muebles y basureros… para ello no se necesitan cinco años.
Qué forma la Facultad de Arte: Gestores culturales, no forma artistas porque ello es una condición que se define por el solo hecho de materializar la expresión.
Que forma la Carrera de Diseño? … diseñador es cualquiera que configura un ente identificable, por lo que hay diseñadores espontáneos, y diseñadores profesionales con 2, 3, 4 o 5 años de formación.
Los diseñadores IP administran los recursos tecnológicos para generar un producto vendible. Los diseñadores de la Universidad de Chile han de encargarse de concebir sistemas de productos, que también deben venderse pero no como cosa aislada.
En la actualidad los IP hacen lo posible por parecerse a una universidad. ¿Qué hace la universidad para distanciarse de los IP? Desde el departamento de diseño se enfatiza que los procesos han de culminar en un producto perceptible en dos o tres dimensiones ¿No es eso lo que hace un IP, y lo que hacía antes la escuela de diseño?
También se menciona el diseño avanzado, no como un estándar de calidad, sino como una tipología.
El proyecto educacional de la carrera de diseño está vacío y es tarea del departamento llenarlo. Por una parte ha de establecer las implicancias que conlleva el plantearse disciplinalmente desde la habitabilidad y definir las condiciones de habitabilidad que aspira para los chilenos y por lo que se compromete a trabajar. También deberá definir qué le corresponde hacer a un diseñador universitario tras cinco años de formación. ¿Qué faculta a un arquitecto para diseñar una lámpara y qué le falta a un diseñador para diseñar una casa? La idea de que el diseño es un arte menor tiene muchos seguidores en la FAU, incluyendo a muchos diseñadores.
Por otra parte deberá definir su particularidad formativa tanto en los aspectos pedagógicos como en sus contenidos, ya que en este ámbito cabe preguntarse que rol cumple un seminario de computación o de materiales, particularmente si no existe el seminario del habitar, el del valor inmaterial en el diseño y el seminario de comunicación.
La idea es que dejemos de ser los IP Premium porque tenemos los mejores alumnos, seducidos más por el peso de marca de la UCH que por la calidad de su diseño.
Marcelo Quezada Moncada
Abril de 2011
(puedes descargar el PDF aqui)
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